Es posible que hayas escuchado mucho sobre el Poder del Pensamiento.
En mi blog y en muchos otros sitios hemos comentado a grandes rasgos
el hecho de que nuestros pensamientos determinan nuestra realidad. Hemos
dicho, que lo que estamos viviendo justo ahora, en nuestro exterior, es
el resultado exacto e inequívoco de lo que yace en nuestro interior.
Yo diría, que aunque es probable que le hayas dedicado algo de tu
tiempo en determinado instante a pensar sobre el tema, quizás no te has
dado cuenta de la verdadera importancia de prestarle atención a nuestros
pensamientos.
Como seres humanos, nuestro cerebro procesa alrededor de 60.000
pensamientos en un día normal. Quizás sean más, en un día ocupado, de
estrés o de imprevistos… quizás sean menos en un día de vacaciones. Pero
en promedio, unos 60.000 pensamientos, estos serían unos dos
pensamientos cada 3 segundos.
Cada uno de los pensamientos que tenemos en el día, cuenta con un
origen, una raíz desde la cual ha surgido y a través de la cual se ha
establecido y solidificado. Lo que pensamos día a día, no es ni
remotamente el resultado del azar. Ciertamente existe un trasfondo mucho
más profundo y significativo en el ejercicio de pensar.
Por una parte, está nuestro carácter, que es formado a través de
nuestras experiencias, logros, fracasos, victorias, rechazos… etc. Desde
pequeños conformamos el carácter que hoy tenemos y con base en dicho
carácter, decidimos lo que decidimos día a día.
Por otra parte está nuestra naturaleza humana. La evolución que ha
tenido nuestra especie nos ha dejado legados como el potencial de
nuestra mente subconsciente e inconsciente. Todo lo que pensamos hoy en
día, está principalmente gobernado por nuestro cerebro reptiliano.
Así que, a pesar de que contamos con la posibilidad irrefutable de
poder controlar lo que pensamos de manera consciente, la verdad es que
nuestro funcionamiento visceral (que en principio busca hacernos vivir
mejor) se encarga de separarnos un poco de dichos pensamientos y
llevarnos en piloto automático.
Es justamente cuando estamos viviendo en piloto automático, que nuestras vidas parecen estancarse. Llegamos a pensar que no hay salida a los problemas
y nos enfrascamos en soluciones poco eficaces. Todo, por el hecho de
que no contamos con todo el poder del pensamiento que podríamos estar
aprovechando, por estar descartándolo incluso sin saberlo.
Lo que piensas día a día, tiene mucho más poder del que imaginas.
¿Qué me dirías, si te pudiera asegurar que lo que has pensado en los
últimos años, te han llevado hasta el lugar donde te encuentras ahora
mismo?.
Si estás en una situación económica no muy deseable, es justamente lo
que has pensado, aquello que te ha llevado hasta allí. Todos aquellos
pensamientos que han pasado por tu mente en determinados instantes, han
contribuido con su granito de arena para crear lo que hoy eres.
Tanto internamente como externamente, tu vida es hoy, la que tus
propios pensamientos han forjado. Incluso los científicos han
descubierto que las personas optimistas y positivas, por lo regular
sufren de menos enfermedades y viven más tiempo que las negativas y
pesimistas.
A una enfermedad le queda imposible ubicarse en un cuerpo con mente sana, esto ya no es un secreto y dejó de ser un concepto esotérico hace mucho tiempo gracias
a la ciencia. Con tu propio pensamiento tu cuerpo puede cambiar su
ritmo cardíaco, segregar endorfinas o adrenalina, producir
gamaglobulinas o interferonas y con esto alterar la manera como se
protege (o no) ante las enfermedades.
Es justamente aquello que piensas, lo que monumentalmente tiene
trascendencia en tu vida y te aseguro que como a muchos nos ha pasado,
es algo que has dejado de lado por no percibirle suficiente importancia.
Yo creo que es hora, de que empieces a decidir cambiar tus pensamientos para mejorar tu vida, si en el futuro
quieres estar mejor, empieza a transformarte desde ya. Aunque nadie
puede volver atrás y lograr un nuevo comienzo, cualquiera puede empezar
ahora y lograr un nuevo final.
En principio, tus pensamientos dominantes se basan en tus emociones y
sentimientos, así que, para empezar a cambiar lo que piensas, debes
cambiar tu manera de sentirte en el mundo. Debes cultivar emociones
positivas como el afecto, la esperanza y el agradecimiento.
Debes estar alegre mucho más tiempo. Debes buscar la manera de que se
te recuerde lo importante y valioso que eres para otras personas y para
el mundo. Si te sientes de maravilla, ¿Qué crees? tus pensamientos
reflejarán ese sentimiento.
Y si puedes lograr sintonizar esos pensamientos con una frecuencia de
alegría, emoción, abundancia y paz. Créeme, tu vida nunca será la
misma.
Grandes cambios en las personas se logran pocos días después de que
éstas toman el control consciente de tus pensamientos. Empieza a
analizarte desde hoy, en silencio, sin que nadie lo sepa. Te darás
cuenta que hay muchas cosas que cambiar.
Y para ello, es mejor que empieces ahora, y que no pierdas más tiempo
con pensamientos inútiles para luego no tener que lamentarte
fuente: http://www.sebascelis.com
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