Experimentamos temor en muchos momentos y
áreas de nuestra vida, temor al fracaso, a nuevos comienzos, a cambios
de vida, a la soledad, a una mala noticia, a una enfermedad, sin
embargo, muchas veces ignoramos que el temor es un arma del enemigo muy
bien diseñada que nos hace desistir al momento de querer enfrentar una
dificultad porque nos hace dudar de nuestra capacidad y mas aún, de lo
que Dios puede hacer para ayudarnos.
El temor como definición es un
sentimiento desagradable que nos asusta o hace creer que estamos en
peligro ante algo que puede dañarnos, en la Biblia el temor se menciona
en dos sentidos uno como el temor a Dios (que habla de respeto,
reverencia y reconocimiento a su grandeza) y el temor que esta
relacionado con el miedo y esos sentimientos de inseguridad y
desconfianza, en este caso es ese el temor que no debemos sentir, pero
que lamentablemente a veces aun sin ser nuestra intención permitimos que
poco a poco vaya entrando en nuestra vida.
Hay muchos versos de la Biblia que
hablan sobre el temor, pero todos tienen algo en común, son mensajes de
Dios para alentarnos en cada momento de debilidad, pues aunque Dios sabe
nuestra capacidad y nos brinda en cada momento su apoyo y su compañía
también sabe que nuestra naturaleza humana a veces pesa mas y a pesar
que sabemos que Él esta con nosotros terminamos creyendo todo lo que el
enemigo a través del temor nos quiere impedir.
Puedes ser una persona valiosa con habilidades y dones hermosos, pero
el temor a lo que hay alrededor te detiene, es como una cadena
imaginaria que te mantiene atado y no te deja avanzar, como si una parte
de ti esta convencida de lo que puedes hacer pero otra al mismo tiempo
te hace dudar y solo te mantiene desperdiciando tu oportunidad de
realizar las cosas que te has propuesto.
¿Recuerdas esos planes que tenías,
tantas metas y propósitos que deseabas cumplir, los ministerios que
querías comenzar a descubrir? ¿Dónde están ahora? Tal vez sin darte
cuenta has sido victima del temor que sutilmente se disfraza y te
desanima haciéndote pensar en las críticas, burlas, habladurías,
necesidades o carencias, y has olvidado que Dios te ha puesto todo en
tus manos para que lo logres.
El temor no viene al comenzar a recorrer
un camino, viene cuando ya has caminado una buena parte porque su
función es desanimarte e impedir que avances y llegues a la meta que te
has trazado, es un arma silenciosa del enemigo para frenar los pasos de
quien se dirige a la victoria, es una mentira que se planta y echa raíz
impidiendo que produzcas frutos.
La única manera de impedir que el temor
se apodere de tus ganas de avanzar, o echarlo de tu vida si es que se ha
hecho presente, es la cercanía a Dios, una relación de confianza y
comunicación con Él genera un sentimiento de seguridad, la convicción de
que no hay nada que temer porque es Él quien va caminando a tu lado.
En el amor no hay temor, sino que el
perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo.
De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. 1°de Juan
4:18
Muchas veces a pesar de que ya lo
sabemos, hay ciertas situaciones en las que por lo difícil que se nos
presentan lo primero que hacemos es querer salir corriendo y olvidarnos
de todo, dejando que el temor cumpla su propósito de impedir nuestro
crecimiento.
En toda la palabra de Dios esta dicho en
diferentes maneras e ilustraciones que NO TEMAS pero el no temer es una
decisión que debes tomar solamente tu, solo tu puedes tomar el valor de
continuar, de seguir adelante y avanzar, y demostrarle a Dios que lo
amas confiando en Él.
En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?
Salmos 56:11
Autora: Maite Leija
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